¿EL ARCA DE NOÉ O EL TITANIC?
Las noticias en el entorno de Bankia,
anuncian un gran diluvio que arrasará con un gran número de trabajadores
y oficinas, que no tendrán cabida en el Arca de Goirigolzarri.
En consecuencia parte de la plantilla ya ha iniciado su carrera por
conseguir alguna de estas plazas a cualquier precio. Y eso pese a los temores
de que el destino de dicha Arca pudiera ser más semejante al del Titanic que al
de la bíblica de Noé.
No han tardado en aparecer los carroñeros de siempre, gente mala que
camina, que permanece más o menos mimetizada con el entorno para no hacerse de
notar hasta que llegamos a situaciones críticas que les empuja a manifestar lo
peor que llevan dentro.
Por desgracia, aunque sí que son la mayoría, no se trata sólo de los
clásicos directivos, jefes, jefecillos, y demás fauna cuya única meritocracia
para estar en el puesto que ocupan es precisamente ser “mala gente”, y por
tanto, lo son habitualmente, sin necesidad de provocación; sino también de
compañeros y compañeras de las trincheras. Eso hace que los abusos de autoridad a la hora de plantear objetivos, negar
permisos y/o vacaciones, cuestionar bajas médicas, peticiones/exigencias de prolongación
sistemática de la jornada, bajo amenazas de inclusión en “listas de dudosa
finalidad”, etc... se unen al
individualismo más feroz, la
competición descarnada entre compañeros, el mamoneo más descarado (en lugar de
la denuncia) hacia esos jefes que te están presionando y, en definitiva, el
sálvese quien pueda.
Nada nuevo pero más exacerbado que nunca. Caldo de cultivo idóneo para
que desde la dirección, o desde Bruselas, o desde el Gobierno, o los tres a la
vez (que estos sí que funcionan unidos como las hienas cuando van de caza), se
realice una reforma ejemplarizante con Bankia, mucho más semejante a la
demolición que a la adaptación.
Y mientras tanto nuestros antiguos directivos de ruta por los juzgados,
Bankia en boca de todos los medios de comunicación encarnando lo peor del
sistema financiero, y nuestros actuales
directivos....... ¿dónde?
¿Por qué no se ha convocado todavía a los sindicatos para conocer y
participar en los planes de reestructuración de nuestra empresa? ¿Acaso para
dar pie y tiempo para que arraiguen la más profunda insolidaridad y el más
sórdido individualismo entre los trabajadores/as?
¿Por qué no disponemos de productos atractivos, bien diseñados y
publicitados, que nos permitan luchar con la competencia y tratar de detener la
sangría de clientes?
¿Por qué este silencio vergonzoso ante los continuos ataques de los
medios de comunicación que nos están machacando?
¿Dónde está, si es que existe, nuestro Gabinete de Comunicación con la
Prensa? ¿Qué hacen para parar ese acoso de la prensa (sobre todo la “amiga”)
sobre Bankia?
¿Por qué no hemos reaccionado hasta hoy, tanto con medidas reales de
paralización como con actuaciones claras
ante un tema de tanto calado social como son los desahucios?
En definitiva: ¿Cuál es el interés real de
nuestros directivos por el futuro de Bankia? ¿A qué
han venido? ¿A intentar buscar
soluciones a esta empresa o a trincar una pasta realizando un simple trabajo de
desguace?
